Las
situaciones difíciles de la vida suelen ser perfectas para moldear tu carácter,
Dios sabe eso y de ahí que las utilice muy a menudo en nuestro proceso de
formación espiritual. Todo trabajo bien hecho tiene detrás de sí un proceso,
ejemplo; el oro para llevarlo a un estado puro debe ser calentado al fuego
hasta derretirse, de forma tal de que se pueda eliminar toda aleación con otros
metales, quedando así en un estado de integridad y pureza total.
En
momentos difíciles cuando el Señor te pasa por situaciones complicadas para
llevarte a niveles superiores, puedes llegar a sufrir mucho, a creer que todo está
perdido y hasta tirar la toalla dándote por vencido cansado de todo. Es normal
desanimarse durante una prueba, pero una relación fuerte y constante con Dios
te permitirá recuperar fuerzas y regresar a la pelea.
Dice la
biblia en Isaías 64:8 "a pesar de todo, Señor, tú eres nuestro Padre;
nosotros somos el barro. Todos somos obras de tus manos" quiero poner
énfasis donde dice a pesar de todo, esto quiere decir que por
encima de cualquier problema él sigue siendo tu creador, el que te dio vida y
nunca te dejará o dará una prueba mayor de lo que podamos soportar humanamente,
sino que junto con la prueba también nos mostrará la salida, así dice en 1 de
corintios 10:13.
Cuando
estas abierto a la voluntad de Dios, Él te moldea, transforma y santifica si
andas con Él. Cuando vayas al alfarero tienes que dejar todo, todas tus
imperfecciones y permitir que Él sea tu maestro. Para que todo esto suceda
debes tener el conocimiento de la palabra de Dios antes que Él pueda comenzar
el proceso en ti.
No te
desesperes ni desmayes, cuando más oscura esta la noche es que el amanecer está
cerca, siempre que llueve escampa, como también toda prueba tiene su fin. Hoy
decide creer de todo corazón y sacar lo mejor de cada situación.
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